Egosurfing : ¿Quién no se ha googleado alguna vez a sí mismo?
Quizás pueda resultar extraño pero suelo buscar mi nombre en la red a menudo para ver que sale. Por ahora no me he llevado ninguna gran sorpresa: pocos resultados y de todos ellos tengo constancia.
De hecho no suelo emplear mi nombre en redes sociales, salvo algunas excepciones que de hecho se llevan el podio de los resultados que google propone buscando mi nombre: Linkedin, WordPress (con el blog pellicanopapers), Behance, Pintarest.
Me extraña, y al mismo tiempo me alegra, que no haya rastro de mis cuentas Facebook y de Instagram.
Tengo que confesar que no me apasiona el uso personal de las redes sociales, es más, me resulta bastante difícil emplearlas de esta forma. ¿A quién le importa la vida de los demás? A mí sinceramente no mucho y tampoco veo por qué a alguien debería importarle la mia.
Sin embargo considero que el uso profesional de las redes sociales sea fundamental al día de hoy: las redes sociales han revolucionado los hábitos de consumo y se han transformado en un escaparate para vender y promocionar cualquier cosa.
Si vendes un estilo de vida luego es más fácil vender un producto determinado: lo demuestra el desarrollo que esta tendencia está teniendo en China, donde se ha hecho evidente la popularidad de figuras como los KOL (influencers digitales que consiguen vender productos a través de la confianza que les tienen sus seguidores) que han convertido las redes sociales en una especie de ‘televenta’.
Personal branding y privacidad
Mi actividad en las RRSS se limita a interactuar con personas con las que deseo mantener un contacto, seguir a unos pocos artistas y buscar, seguir y estudiar cuentas o perfiles que me interesan por su estética o por las estrategias que utilizan para crear su ‘personal branding‘.
Crear una buena identidad de marca es fundamental y en las redes sociales la marca corresponde a un perfil que está pensado en su origen para un usuario y no para una ‘empresa’.
Considero que está contradicción que presentan las RRSS (entre el ‘lo que se supone que deberían ser’ y ‘lo que realmente son’) pueden generar grandes inquietudes en los usuarios, que tal vez derivan en graves trastornos psicológicos.
Sin embargo parece ser que la principal preocupación de los usuarios de RRSS parece ser la privacidad y la gestión de los datos personales (buscando en google los primeros 10 resultados confirmaban este hecho). Es verdad que en las RRSS quedan expuestos muchos datos que pueden ser empleados sin el consentimiento del usuario (aunque seguramente la mayoría de los usuarios «preocupados» acepte constantemente autorizaciones al uso de datos y parámetros personales sin leer siquiera lo que estas implican), pero también es verdad que hoy en día es realmente difícil hacer cualquier cosa sin dejar un rastro de informaciones que puedan perfilarte como consumidor.